Servir por el solo gusto de hacerlo

Estoy seguro que al término de nuestros días nos presentaremos a rendir cuentas ante el Creador.

¿Qué cuentas le rendiremos?

Normalmente cuando pensamos en esa posibilidad, nos da temor o simplemente cambiamos de pensamiento.

Las faltas cometidas o los pecados realizados nos hacen pensar que seremos juzgados por esas situaciones. Pero se ha puesto a pensar que también seremos juzgados por la forma como realizamos lo que teníamos que realizar.

"Te di talento y habilidades. ¿Qué hiciste con eso?"

Queridos amigos, tiemblo cuando me imagino la posibilidad de que Dios me cuestione no lo que hice, ¡Sino cómo lo hice!

Tiemblo al cuestionarme si lo que hago para obtener un salario, pude haberlo hecho mejor y opté por hacerlo únicamente como saliera.

A todos se nos otorgan talentos, pero no todos los utilizamos.

¡Suficiente causa para ser juzgados!

Imagínese que al llegar el fin de los días, a los médicos mal encarados, a las secretarias que continuamente están malhumoradas, a los profesores indiferentes y apáticos se les preguntara ¿qué hicieron durante su paso por la tierra?

Contestarán los médicos, consulté a mucha gente; dirán las secretarias, realicé infinidad de oficios y recibí a muchas personas; dirán los profesores, estuve frente a un grupo muchas horas.

Pero lo más cuestionable es... ¿sólo eso? Hiciste lo que te correspondía, pero no pusiste valor agregado.

¿Desaprovechaste la oportunidad de servir y ayudar con amor a quienes atendiste?

Queridos lectores, estoy convencido de que al final de nuestros días no se nos preguntará cuánto trabajaste, cuánta comida elaboraste, cuántos hijos tuviste. Seremos juzgados en el AMOR que entregamos en todo lo que realizamos.

Qué tanto te entregaste al servicio de los demás.

Aprovechemos nuestro paso por esta bella vida para hacer lo que nos corresponde hacer con AMOR, ALEGRIA Y RESPONSABILIDAD.

¡ANIMO, QUE DIOS PONDRÁ EL RESTO!

Feliz semana...

Dr. Cesar Lozano