Protegerse mutuamente
Durante la era glacial, muchos animales morían
por causa de frío.
Los puercos espín, percibieron esta situación, acordaron vivir en grupo, así
se
daban abrigo y se protegían mutuamente.
Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente
a
aquellos que le brindaban calor, y por eso se separaron unos de otros. Pero
volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión, o desaparecían
de la
faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos, con sabiduría,
decidieron volver a vivir juntos.
Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy
cercana
podía ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del
otro.
Sobrevivieron!
Moraleja de la historia:
La mejor relación no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde
cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos
propios.